INTRODUCCIÓN

Croacia (República Hrvastka) es un país sorprendente. Croacia tiene dos caras: la costera, bañada por un incomparable mar Adriático cuyas aguas lamen innumerables playas que presentan toda una gama de  indescriptibles tonos azules y verdosos y una  vegetación que abundante en muchos lugares, contrasta vivamente con el color de sus aguas cuando aquella roza la costa o llega al borde de sus lagos; el mar más bonito que he tenido nunca el gusto de contemplar, y la cara interior, en la que aún se pueden ver las secuelas de una guerra sobre la que todavía se podría decir mucho.

En Croacia también sorprende sus viejas y vetustas ciudades, de pulidos y desgastados suelos pavimentados en puro mármol travertino, y sus casas, que elegantes y armoniosas dan sombra y frescor a estas calles. Y sus parques nacionales, donde el agua, remansada en lagos de impresionante belleza o precipitándose en cascadas, están rodeados de densa vegetación donde las higueras forman parte del bosque y también, como no, sorprenden sus gentes, contradictorias, amables y  hospitalarias o frías y distantes. Sus pueblos, pequeños, abrazados por ese tornasolado mar y envueltos en vegetación, acunados en bonitas calas donde sobresalen grupos de casas de blancas paredes y rojos tejados.
Pueblo que en poco tiempo trata de asimilar una cruel y sanguinaria guerra resurgiendo de sus escombros  y cenizas. Pero quizás demasiado rápido.

La costa croata y sus lugares más emblemáticos han sido y son invadidos por hordas de turistas que ávidos de belleza y tranquilidad, la recorren buscando  rincones escondidos. Poco tiempo para asimilar la crueldad y el horror. Demasiado rápido para un pueblo que aun no ha podido olvidar la tragedia de una guerra civil ocurrida hace poco más de una década. Necesitan un tiempo que no tienen porque Europa no se lo va a dar.

En Croacia hemos pasado del verdor y frescura de densos bosques de hayas y pinos a cálidas y recónditas playitas que parecen esconderse tímidas, de un viejo mar Adriático salpicado por islas y cargado de historia.

De gentes hospitalarias y amables, a distantes y frías; del recuerdo del horror de la guerra y la destrucción, a masas ingentes de turistas que recorren las calles de sus ciudades más emblemáticas arrastrando sus pies y puliendo sus calles, como si nada hubiera pasado.
Pero ellos no quieren olvidar y en cualquier pequeña ciudad hay un rincón para el recuerdo: desde capillas o exposiciones fotográficas hasta grupos de tumbas en cunetas de carreteras recónditas en la zona de la Kranija (P.N. Plivitce), cementerios en medio de la nada, edificios escondidos de las miradas de los turistas aún sin restaurar o rehabilitar que muestran sus heridas de bala y mortero en sus fachadas (complejo militar abandona de Kupari o P.N. Krka) o mostrados sin ningún pudor por cualquier rincón de la ciudad de Mostar.


Es un país de contrastes. Complejos turísticos, como cadenas de camping u hoteles y gentes sencillas que salen con carteles ofreciendo sus habitaciones a los turistas  o que venden sus productos en innumerables puestos  que se alinean  en la carretera de la costa,  la arteria viva del país. Modernos turismos o vehículos casi de la época de Tito.Gentes que rebuscan botellas de plástico en papeleras y cubos de basura y otros que toman el sol en impresionantes yates anclados en hermosas calas…

Croacia no quiere perder el tren de Europa y entra en una desenfrenada carrera en la que será “absorbida” por ella.

2.- DATOS DE INTERES

Clima
Similar al de España, aunque este año en especial, 2007 Croacia fue azotada desde finales de junio por una ola de calor. Por Dubrovnik las temperaturas suelen ser un poco más bajas que por Split, pero en general hay que ir preparados para el calor.

Carreteras y conducción

Continente:
La E-65 es la carretera que recorre toda la costa desde Rijeka hasta la frontera con Montenegro. Hasta Split hay una autopista  (de pago) que transcurre por el interior paralela casi a la E-65, pero de Split a Montenegro únicamente hay esta carretera. La conducción, en general, por la E-65 es lenta con una media de unos 60 o 50 km/hora, debido principalmente a las poblaciones, que suelen estar cercanas, al tráfico, muy abundante, y a lo accidentado del trazado. De Split a Dubrovnik aumenta la densidad de tráfico debido a la inexistencia ya de la autopista así como la frecuencia de los camiones.
En cuanto a las carreteras interiores, las generales, son también lentas ya que es un país bastante accidentado. El estado del firme suele ser bueno, tanto en las generales, como en las pocas secundarias que pudimos tomar. En estas últimas puede variar el ancho, disminuyendo cuanto más inferior es la carretera en categoría.

Islas: Las generales tienen buen firme aunque el ancho aquí es inferior sobre todo llegando a poblaciones

Señalización: Más bien escasa y el mejor de los casos, limitada. Normalmente ponen el comienzo de un límite de velocidad, pero casi nunca el final. Las señales verticales son muy escasas al igual que  las indicaciones también suelen ser escasas, a no ser que se trate de lugares muy turísticos.

Navegadores: Su utilidad es “relativa”. La cartografía no es buena, a veces obsoleta, por lo que en caso de duda o contradicción se deben seguir las señales indicativas de la carretera. Nosotros hemos utilizado el tom tom y el IGO.

Conducción: los croatas conducen en general muy mal. Son anárquicos, adelantan cuando quieren y los accidentes por alcance o golpes de chapa suelen ser frecuentes. Mucho cuidado.

Precios, nivel de vida y alimentación

Los precios son similares a España, quizás ya algo más caros. La visita a los parques nacionales nos ha resultado cara.
En cuanto a la alimentación, he notado ciertas limitaciones a la hora de comprar carne, que me resultaba de poca variedad y de no muy buena calidad. Compramos un par de litros de leche (UHT) en tetrapack, que estaba cortada, suponemos que por el calor. La que llevábamos de España no se estropeó y estaba almacenada en el mismo lugar. Mención especial a los quesos, los vinos y las frutas del país, que se pueden comprar en muchos puestos a lo largo de la carretera.

Idioma

El suyo (croata, esloveno o yugoslavo) y mucha gente habla inglés e italiano. Si desean comunicarse, son ingeniosos y expresivos para conseguirlo.

Moneda
El Kutna. En el 2007, 1 euro estaba en 7,22 kutnas. No interesa cambiar la moneda en España. En muchos sitios, sobre todo en la península de Istria, se puede pagar en euros y si no, el cambio sale mejor allí. Ojo, no en todos los camping aceptan tarjetas de crédito.

Pernocta y aparcamiento

En los 15 o 16 días en que hemos circulado por el país, a finales de julio y principios de agosto, no hemos visto ningún grupo de autocaravanas, ni autocaravanas que nos hicieran sospechar que iban o habían pernoctado fuera de camping. Hemos leido que ponen multas pero las informaciones son contradictorias: unos dicen que su importe era inferior al de un camping, y a otros, todo lo contrario.
En cuanto al aparcamiento, donde mayores dificultades hemos encontrado ha sido en la península de Istria, donde incluso llegan a prohibir expresamente el aparcamiento de autocaravanas en determinados lugares.

Camping
Hay una buena red por todo el país. Desde el camping grande hasta los autokamp instalados en jardines de casas que son mas baratos y con servicios mínimos.
Las instalaciones son sencillas. Pocos tienen supermercados u otros servicios. Ofrecen los básicos. No todos los camping disponen de un lugar para descargar aguas grises. Los grandes casi siempre sí, pero no es así en los pequeños.
El agua de las duchas suele estar tibia o fría si se toma a última hora de la tarde. Para 4 personas están alrededor de unos 30 euros por noche. Hay que pagar una tasa de turismo por la primera noche que varía de un camping a otro. Las categorías tienen poca relación con los precios.
Las cajas para conectarse a la luz suelen estar cerradas, por lo que se ha pedir en recepción.
No suelen estar parcelados y en la mayoría te invitan a que busques tú el lugar, lo que hace perder un considerable tiempo. Si el camping interesa, se puede pedir ayuda en la recepción para encontrar un lugar adecuado. Cuando un camping está parcelado, la parcela suele ser muy grande.

Viajar con perros

No hemos tenido ningún problema para entrar en los camping con un perro. Normalmente suelen cobrar de 2 a 3 euros pero en todos ha sido admitida. En ciudades grandes como Split y Dubrovnik la hemos dejado dentro de la camper, a la sombra y con el enfriador puesto. En el resto nos la hemos llevado con nosotros y establecido turnos si había que entrar en algún lugar. En el transporte público existen las mismas limitaciones y prohibiciones que en España (no son admitidos). En los ferrys no hay problemas.

Los croatas

En general, es gente amable y hospitalaria aunque también nos hemos encontrado gente más bien fría y distante, pero no ha sido lo habitual. La norma general ha sido la cortesía y amabilidad, exceptuando algún caso puntual. Aunque es cierto que hay diferencias en cuanto al trato entre la gente que trata con el turismo y que trabaja en establecimientos turísticos y la gente normal de la calle. El de esta última es más cercano, más calido y más amable.

Seguridad

Nos ha parecido un país muy seguro en todos los sentidos. No hemos tenido ningún problema ni siquiera sospechar que pudieramos tenerlo. En este sentido hemos estado muy tranquilos, como en pocos lugares de Europa.

Recorridos generales

Hemos recorrido principalmente toda la costa de Croacia (costa Dálmata) desde Rijeka hasta la frontera con Montenegro y la península de Istria.  Hemos hecho una incursión de un día a la bahía de Kotor, en Montenegro y otra a Mostar, en Bosnia Herzegovina, ambas muy recomendables..
En cuanto a islas hemos visitado la de Mljet, por haber un parque nacional y la de Korcula.
Hemos realizado un total de 6.537 km, 4.656 corresponden a la ida y vuelta y por el país hemos hecho casi 2000 km (1.881).

La guerra en Croacia

Durante nuestro viaje vimos algunas cosas –tumbas en la cuneta  y cementerios en la zona de los lagos de Plivitce, vallas publicitarias con el nombre de un general, al que también algunos conductores de autobuses llevaban  como si se tratara la estampa de algún santo, y en la propia ciudad de Mostar- que comprendimos cuando leimos un poco más sobre esta guerra, por lo que me parece interesante hacer alguna referencia.

La antigua Yugoslavia estaba formada por seis repúblicas: Eslovenia, Croacia, Macedonia, Serbia, Montenegro y Bosnia-Herzegobina y la población compuesta por Serbios (42%), croatas (24%), eslovenos (9%) y macedonios (5%); el resto eran otras minorías. De todos ellos, el 42% eran ortodoxa (principalmente, serbios), el 32% eran católicos (fundamentalmente, croatas y eslovenos) y el 12% islámicos a (especialmente, parte de la población bosnia y de los habitantes de Kosovo).

La guerra está relacionada con la disolución de Yugoslavia  y la crisis que sobrevino con el debilitamiento del régimen comunista. En Croacia la guerra se inició en 1991 y se alargó hasta 1995.

En algunos sitios he leido que en realidad no hubo UNA guerra, sino varias.

La guerra se inició con la independencia de las dos regiones del norte de la antigua Yugoslavia, Eslovenia y Croacia.

El primer conflicto fue conocido como la guerra de los diez días o la guerra de Eslovenia. 
El segundo, la Guerra croata de independencia fue un choque entre los nacionalistas serbios y croatas. En 1992 el Plan de paz Vance determinó que la ONU tomaría el control de algunas zonas pero realmente hasta 1995 no se detendrían los ataques esporádicos sobre ciudades croatas e incursiones ocasionales de croatas en ciudades controladas por la OTAN.

En la Krajina, (región croata en la que los serbios representan el 12% de la población y en la que se encuentra el Parque Nacional de los lagos de Plitvice) los serbios, incitados por Belgrado y ayudados por el ejército yugoslavo, se levantaron en armas contra las autoridades croatas proclamando la República Serbia de Krajina que ocupaba las zonas en las que los serbios eran mayoría, estableciendo un territorio que no reconocía la autoridad de Zagreb y de donde expulsaron a la mayoría de croatas que allí vivían partiendo Croacia en dos, impidiendo las comunicaciones terrestres entre en norte y el sur del país.

Al principio, miles de croatas fueron expulsados de las zonas que quedaban bajo control de los serbios. Posteriormente, las fuerzas croatas obligaron a miles de serbios a abandonar sus hogares. Solo en 1991, 20.000 personas perdieron la vida, 200.000 refugiados huyeron del país y 350.000 se convirtieron en desplazados internos.

Los serbios que llegaron a controlar durante 1991 casi un tercio del territorio de Croacia, llevaron a cabo una sistemática “limpieza étnica” de croatas y otros ciudadanos no serbios.  En 1992 la comunidad internacional reconoció a Eslovenia y Croacia y envió tropas de paz a la Krajina. Tres años después, en 1995, la “Operación Tormenta” de la que estuvo al mando el general Ante Gotovina (ver Dubrovnik)  imputado por el Tribunal Internacional de La Haya por crímenes de guerra, y que duró 5 días, devolvió gran parte de esta región a los croatas y durante la cual cerca de 300.000 serbios de Krajina huyeron a otros países. El resto de la región se reintegró pacíficamente en Croacia por la ONU entre 1996 y 1998. A finales del 2005 Croacia inicio las negociaciones para acceder a la U.E. tras cumplir con un último requisito: la plena cooperación con el Tribunal Penal Internacional posibilitando la captura del general Ante Gotovina.

La guerra en Bosnia
En 1992 el conflicto se extendió a  Bosnia-Herzegovina donde ocurrió la mayor de las tragedias de las Guerras Yugoslavas y lucharon serbios, croatas y bosnios.

Bosnia y Herzegovina era una república de la antigua Yugoslavia donde existía un mayor grado de mezcla étnica.. Cuando declararon su independencia, el gobierno serbio encabezado por Milosevic, juró combatir en defensa de la minoría serbia en Bosnia. Pocos días después fuerzas paramilitares serbias irrumpieron en la región oriental de Bosnia y comenzaron a matar o expulsar a croatas y musulmanes. Casi a la vez, Serbios del ejercito yugoslavo tomaron las colinas que rodeaban la capital de Bosnia, Sarajevo y la atacaron con fuego de artillería.
A finales del 92, el 95% de los musulmanes y croatas de las ciudades más importantes de Bosnia habían tenido que abandonar sus hogares.

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